El Brand equity se refiere al valor que una empresa adquiere con base en el reconocimiento de su nombre en comparación del equivalente genérico. Existen dos empresas que miden el valor de las marcas: Interbrand y Kantar BrandZ, ambas operan en el ámbito de la investigación y consultoría; cada año miden el crecimiento y el valor de diversas empresas a nivel mundial.
El valor económico se asocia al nombre de una empresa; por ejemplo, si se pusiera en venta la marca Apple, según el reporte de Kantar 2023 solo la compra del título costaría $880,445 millones de dólares sin tener en cuenta los activos adicionales; así se consagra como la marca de mayor valor en la actualidad a nivel mundial.
A pesar de que se refleja en un tema económico, este concepto se vincula totalmente con diversos elementos cualitativos que van en relación a una cultura de marca; ya que representa una conexión emocional de los tangibles e intangibles, donde se evalúa si el consumidor experimenta un sentido de pertenencia hacia la marca, si confía en ella, si percibe una diferenciación respecto a la competencia, si considera que existe comunicación relevante, si hay una experiencia de compra positiva y otras variables que generan un impacto y relevancia en la mente y corazón consolidando una relación sólida y duradera.
En un mercado tan saturado, donde el incrementar la participación de mercado cada día es más complicado, las marcas deben de destacarse y diferenciarse, buscar esa promesa “única” de venta, eso genera valor de marca y un vínculo total con los clientes, los cuales estarán dispuestos a pagar por sus productos o servicios e inclusive convertirse en un embajador de ella, siendo casi imposible que busquen a la competencia. Así se logra una generación de prestigio, es decir que los consumidores presuman el uso de la marca como si fuera una medalla por lo que esta representa.
Se podría pensar que el estar dentro de este ranking es casi imposible siendo una Pyme; Sin embargo, al prestar atención a los elementos que son considerados para determinar dicho valor y el implementarlos en el día a día bajo las posibilidades económicas y de procesos internos, se pueden convertir en un motor de crecimiento.
A continuación, se presenta la pirámide de la marca, donde se pueden ver los elementos que toma en cuenta Kantar, así como los componentes de Interbrand:


Estos elementos son una guía de gran valor con el fin de orientar estrategias y decisiones que contribuyan al crecimiento de las compañías a largo plazo. Al final, la marca es un activo de tanta relevancia que inclusive se puede empeñar el nombre por lo que representa en cuanto al reconocimiento significativo en el mercado.
¿Cómo, entonces, puede su marca capitalizar estos principios para no solo destacarse, sino también convertirse en un elemento de prestigio que los consumidores ostenten con orgullo? La respuesta, en gran medida, radica en comprender y aplicar los elementos mencionados, forjando así una conexión auténtica y duradera con la audiencia.
Rocío Ortega Ferriz
Directora de Postgrados
Universidad Anáhuac Oaxaca
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