E-COMMMERCE, LA EVOLUCIÓN INAPLAZABLE

El mundo se enfrenta a una de las crisis de salud, económicas y humanitarias más importantes en la historia. Sin duda, no volveremos a interactuar de las mismas maneras en que lo hacíamos antes del COVID; por ello, es necesaria una transformación profunda que replantee nuestras prácticas cotidianas, con especial énfasis en nuestra relación entre seres humanos y con el medio ambiente.

Oaxaca tuvo que transitar, casi forzadamente y de manera veloz, a nuevas alternativas de comercio a través de aplicaciones digitales, pagos electrónicos, entregas a domicilio y compras en línea; prácticas poco cotidianas y aún poco explotadas en nuestra entidad, sin embargo, estas nuevas formas de adquirir productos o servicios, serán irreversibles y ahora forman parte un nuevo estilo de consumo que hemos adoptado.

La pandemia nos mostró además, la necesidad imperiosa de estar inmersos en la era tecnológica para mantener vigencia y es que el 5 % del Producto Interno Bruto en el país, lo aporta el comercio electrónico, que se consume principalmente en hoteles, intermediarios financieros y transporte.

De acuerdo con el INEGI, las compras de productos y servicios realizadas a través de páginas web y aplicaciones, alcanzaron 1.1 billones de pesos, y durante la pandemia por COVID, el crecimiento de las compras en línea, estima un incremento hasta del 60% al cierre de 2020. Sin duda, el e-commerce es la tendencia de ventas en el país y la entidad no puede quedar al margen de ella.

Paul Polman, ex CEO de Unilever y uno de los más grandes impulsores de las medidas de sostenibilidad en el mundo de los negocios, consideró que el coronavirus es “la prueba ácida del capitalismo”, por ello, la estrategia comercial a través de las aplicaciones informáticas, no se puede desligar del consumo local, esto debe ser un mandato que nos impulse a adquirir los productos de calidad que se elaboran y producen en nuestra entidad.

Si, las MIPYMES son el sector más vulnerable. Los comercios, servicios y turismo, cuentan con 4.1 millones de negocios y microempresas que sostienen la economía, y son los primeros afectados por la contingencia.

El transitar a nuevas formas de consumo, tiene que ser integral, utilizando la tecnología para hacer visibles los productos de gran calidad que se fabrican en Oaxaca, abriendo así, nuevos canales de mercado a diferentes partes del mundo.

La claridad no se debe perder, y las plataformas digitales, deberán convertirse en una poderosa herramienta que nos permita trascender fronteras y llevar más de Oaxaca al mundo.

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