Cada vez escuchamos con más fuerza que el CIIT esta cerca, como uno de los proyectos de desarrollo económico más atractivos del sureste del país, con el potencial de contribuir a la expansión y el comercio internacional, sin embargo, muchos empresarios oaxaqueños se preguntan, si representa una oportunidad real que les beneficiará.
Es innegable que el CIIT traerá cambios significativos en la infraestructura y en las dinámicas comerciales de nuestro país, al optimizar las cadenas de suministro de manera eficiente, el contar con esta ruta logística tan estratégica, es terreno fértil para quien quiera hacer negocio, pero sobre todo, para quien se prepare para hacer negocio. En este sentido, son tres los grandes ejes, que deben tenerse presentes, para todo aquel que desee ser partícipe de tan importante proyecto económico.
El primero de estos grandes ejes, implica para todo empresario, emprendedor y profesional, trazarse un plan que le garantice la adquisición formal de conocimientos de logística y comercio exterior, ya que, estos saberes, son la base para interactuar en un entorno de competitividad global, la razón es que habitualmente, incursionar en el mercado internacional, conlleva riesgos de diversa índole, que se mitigan en buena medida, por medio de conocimientos, experiencia y relaciones, pues de esta manera es posible prever y minimizarlos, tener una gestión financiera sólida y comprender el adecuado cumplimiento normativo de la regulaciones aduaneras y arancelarias, del mercado internacional. Y no puede faltar, la adquisición de al menos el idioma inglés.
El segundo eje fundamental, radica en que el empresariado se agrupe en clústeres, comprendiendo que éstos, son ecosistemas colaborativos en los que naturalmente interactúan empresas, instituciones académicas y centros de investigación, siendo plataformas en constante evolución y crecimiento, que les consiguen diversos beneficios, como, por ejemplo, reducir costos al compartir recursos como: instalaciones, servicios de apoyo, infraestructura tecnológica y física.
Los clústeres, además, ofrecen un interés mayor para la atracción y retención de talento humano hacia la región, pues amplían y diversifican la oferta laboral e impulsan la especialización. Entre otras ventajas, el funcionamiento como clúster, facilita la interlocución con instancias gubernamentales para influir en la generación de políticas públicas, que respalden las inversiones nacionales y extranjeras, por medio de incentivos, así como, el mejoramiento regional en aspectos como las comunicaciones, la infraestructura del transporte, los servicios públicos e incluso el desarrollo urbano, buscando que cubra las necesidades para los asentamientos humanos del personal que estará empleado en las diversas empresas e industrias del clúster.
Y como tercer eje, siempre debe estar presente, el establecimiento de convenios con las instituciones educativas, cuando el empresariado, establece colaboración con universidades, se beneficia de los conocimientos técnicos y científicos que se derivan de las investigaciones. Tiene a la mano la incorporación de talento joven y vanguardista, por medio de la integración de universitarios en pasantías y prácticas profesionales en la empresa. La relación entre empresarios y universidades, también favorece el desarrollo humano, por medio de los programas de formación continua que ayudan a mantener actualizadas las habilidades y conocimientos del personal en todos los niveles. Y finalmente, se facilita la transferencia de nuevas tecnologías a la empresa, lo que impulsa la competitividad y la innovación.
Yoani Paola Rodríguez Villegas
Rectora de la Universidad Anáhuac de Oaxaca.
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