Las grandes ocasiones

¿Tú qué proyectas?. ¿Has pensado en ello alguna vez?. Si lo has hecho, ¡felicidades!, si no es así, estás a tiempo de iniciar y algunas veces cuando tenemos eventos especiales ponemos más atención  a nuestros atuendos, así que, este mes es perfecto para elegir el estilismo adecuado a tu propósito. Nuestra imagen también nos ayuda a sentirnos más integrados y puede distinguirnos ante los demás de una forma especial. Este mes está lleno de grandes ocasiones recuerda sacar el máximo provecho para fortalecer tu presencia en cada evento.

Si debes vestirte para un acontecimiento señalado, es importante que tomes en cuenta los siguientes aspectos:

  • Lo más importante es no improvisar. Planifica y deslumbra. Las grandes ocasiones son grandes oportunidades para compartir y disfrutar tu mejor imagen, revisa la invitación y sigue las recomendaciones de Dress code, en general, existen seis grandes categorías: casual, semi-formal, coctel, formal, etiqueta y etiqueta rigurosa. Pero el lugar de la reunión, la hora, el motivo y el anfitrión pueden hacer que estos códigos varíen.

 

  • Salte del rutinario ‘look’ de oficina. Aprovecha para vestir como no te han visto, pero siempre recuerda reflejar tu personalidad, sin olvidar tu profesionalismo.
  • La regla de oro es siempre la prudencia. Tanto en la forma de vestir como en la manera de comportarse. Esta es la oportunidad de proyectar la imagen corporativa o profesional que deseas ante tus colegas, jefes y obviamente tus compañeros. Sé mesurado con la bebida, si es que bebes.

 

  • Pon atención en lo que comunicas. Desde el punto de vista psicológico la apariencia, es el espejo de emociones y pensamientos, es decir, de la forma en que vemos al mundo. Así que utiliza tu indumentaria y comunicación verbal y no verbal para proyectar éxito profesional.

 

  • Un evento no es una pasarela. No hay que olvidar que es una fiesta entre compañeros o colegas; y no es una competencia por ver quién va mejor, quién destaca más o quién tiene más medios económicos. No es un escaparate para lucir el vestuario más ostentoso o las joyas más caras. Se puede desentonar tanto por defecto -ir poco arreglado-, como por exceso -ir con prendas o joyas fuera de lugar-.

Es bueno recordar que la imagen que vamos a transmitir va a quedar en la «memoria» las personas que asistan a dicho evento, recuerda que todo comunica, y todas las festividades del fin de año siempre nos da un impulso para mejorar. Utiliza ese entusiasmo para poner en práctica los elementos que te ayuden a proyectar de manera más autentica lo que eres, trabaja en tu imagen, en tu expresión y en tu actitud, de esa forma lograrás mejorar tu impacto y tu influencia. Feliz Navidad, excelente Fin de año. Nos leemos en 2020.

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