La valuación de una empresa está en constante aplicación en las
grandes empresas, en las que se cuenta con suficiente información
para aplicar diversos modelos, técnicas y métodos. La
tarea se convierte casi imposible cuando se trata de pequeñas y
medianas empresas, donde existe un alto porcentaje de informalidad
contable, aún cumpliendo con las obligaciones fiscales
o de seguridad social.
La ausencia de información financiera manifestada a través de los estados
financieros impide determinar eficientemente el valor de una empresa,
dato importante en una estrategia de crecimiento, apertura de capital a
nuevos socios, separación de socios, compra venta, liquidación, etcétera.
La información requerida en primera instancia es la interna, como su
misión, visión, objetivos, filosofía, nivel de ventas, inventarios, activos fijos,
deudas, margen de utilidad, número de colaboradores, flujos de efectivo.
La información externa, está relacionada con los indicadores económicos,
como el índice de inflación, la tasa libre de riesgo, el riesgo país, sector empresarial
en el que se desenvuelve la empresa, por mencionar algunos.
Entre los diversos métodos de valuación, el de rápida determinación es el
apoyado en el estado de situación financiera, conocido como el “Método de
Valor Contable”, o como Jerónimo Aznar, Teodosio Cayo y Diego Cevallos
(2012), indican: Método del valor en libros; a través del cual se determina el
valor de la empresa considerando el activo menos el pasivo; es decir, el capital.
La limitante de este método es su base en el valor histórico sin considerar
datos a futuro.
Un método recomendado es el de “Flujos de Efectivo Descontado”, para lo
cual se requiere contar con el estado de resultado y el flujo de efectivo, así como
una tasa de descuento determinada con la tasa libre de riesgo, el rendimiento
esperado del mercado, el valor de deuda (en caso de contar con pasivos), el
valor del capital accionario, el valor de la beta y el riesgo país. Este método
considera el concepto de continuidad de la empresa a través del tiempo.
La valuación de una PYME no es labor imposible, solo se necesita contar
con datos históricos internos, lo que requiere el compromiso del empresario
y del contador, quien tiene la responsabilidad de proporcionar los estados
financieros básicos periódicos y anuales; la valuación es labor del financiero,
con la responsabilidad de recabar datos externos para unirlos con los internos
y determinar el valor de la empresa. El empresario tendrá una brújula
que le indicará si está agregando o disminuyendo valor a su empresa.
Se recomienda considerar que las corporaciones constantemente buscan invertir
su excedente de flujo de efectivo, con la finalidad de incrementar el valor
de su empresa; entre sus opciones está la adquisición de pequeñas empresas que
impactan en el mercado. La negociación se basa en flujos de efectivo. El valor
determinado, es una referencia, al final el comprador y el vendedor deciden el
precio, al menos tienen esa referencia para encontrar un punto óptimo.
Es indispensable que el empresario cuente con una marca registrada
y posicionada, manuales de organización, y una contabilidad confiable y
oportuna. Existen diversas metodologías que agregan valor a la empresa;
es cuestión de acercarse a los profesionales para orientar los esfuerzos en
el control operativo y escalar en la estrategia a largo plazo, controlando
el flujo de efectivo y analizando estrategias de reinversión del excedente
de efectivo.
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