Retos para las empresas

Retos para las empresas ante la reforma que aprueba el home office en México

El 11 de enero entró en vigor la reforma a la Ley Federal del Trabajo en materia teletrabajo, o desde su vocablo anglosajón home office, en donde, se enuncian las condiciones que deberán constar, en el contrato de las personas que desempeñen más del 40% de sus actividades laborales remuneradas, en un sitio distinto al establecimiento del patrón, dado que, no se requiere su presencia física en el centro de trabajo.

Debido a la contingencia sanitaria, iniciada en el 2020, vigente a la fecha, un número importante de empresas tuvieron que adoptar el trabajo remoto y la digitalización de diversos de sus procesos, lo cual, rompió los mitos que venían frenando la adopción de este esquema laboral en México, y que le excluían de esta tendencia, ya vigente en una importante cantidad de países desde años atrás.

Entre lo que contempla la reforma, vale la pena resaltar: 1) mantener el mismo trato y el mismo sueldo y prestaciones, para el trabajador a distancia tal como al que asiste a la oficina, 2) proporcionar computadora y pagar su mantenimiento, así como, el pago de servicios como la luz e internet de forma proporcional, 3) se reconoce el derecho a la desconexión fuera del horario laboral y el derecho a la privacidad, por lo que, el uso de cámaras de video y micrófonos para supervisar a los trabajadores, solo se usará de manera extraordinaria, 5) la empresa deberá generar los mecanismo adecuados de capacitación, para que su personal remoto aprenda el uso de las nuevas tecnologías requeridas para su correcto desempeño, y finalmente, 6) habrá inspectores de la secretaría del trabajo que verificarán, que lo establecido por la ley sea cumplido.

Entre las obligaciones de los trabajadores remotos, se encuentran: 1) cuidar el equipo y regresarlo en estado óptimo a la empresa, 2) proteger los datos de la empresa, 3) asumir el compromiso para desarrollar las nuevas competencias laborales requeridas y conocimientos emanados de las capacitaciones y 4) cumplir los estándares de productividad acordados con el empleador.

Señalado lo anterior, resulta evidente que este modelo empuja diversos procesos de innovación que deben comenzar a concebirse seriamente, en las empresas interesadas en mantener un esquema de home office o uno híbrido (mezcla intencional entre el trabajo presencial y el remoto), en donde, este 2021 y parte del 2022, será el periodo para graduar la medida óptimamente viable para su adopción, se recomienda realizar una análisis de los procesos para clasificarlos acorde a sus requerimientos de presencialidad, así como, procedimientos para gestionar el desempeño laboral tendiente a mejorar la efectividad de procesos y resultados e incluso avanzar a la fase de ampliar la integración de perfiles profesionales, en donde, la ubicación geográfica, la edad, el género o incluso la discapacidad, sean erradicadas completamente como limitantes de la contratación,

Será vital ponderar las competencias, habilidades y la especialización, trío que globalmente ha evolucionado y ha sido transformado, al que se suman la inteligencia emocional y la salud física, pues estas cualidades serán la base de las organizaciones mejor preparadas para la economía postcovid, lo anterior conlleva desde ya procesos de capacitación y certificación, que hagan viable el costo-beneficio de la adopción del nuevo modelo.

 

Yoani Paola Rodríguez Villegas

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