Se habla mucho del coraje que debemos tener las juventudes para emprender un negocio. Cuántos no han experimentado al abrir su panadería con recetas de la Sierra de Oaxaca, o cuántos no han vendido postres con la tradición de algún pastel perdido entre las generaciones de la familia. Cuántas personas jóvenes no han emprendido un negocio y con mucha tristeza, han tenido que renunciar a él para dedicarse a lo que la mayoría de la sociedad pide.
Son esas veces en la que pienso: ¿cómo le habrán hecho esos gurús que son tiburones o jovencísimos empresarios o empresarias que salen en portadas de revistas hablando de lo difícil que es llevar el negocio que fundaron sus padres o sus madres?
Y hago esta pregunta porque realmente la meritocracia por lo menos en el estado de Oaxaca es un tema de debate, que a mis 16 años que tengo me he logrado dar cuenta que las empresas que se nos venden y son nativas oaxaqueñas son regidas por los mismos apellidos que logran expandir sus empresas por sus mismos herederos. Todo se basa en ir jalando un hilo de una gran tela de las mismas familias que siguen indirectamente opacando a aquellas ilusiones de las y los emprendedores jóvenes que se les des atribuye su mérito por el simple hecho de que ya existe lo mismo, pero más grande, las nuevas empresas quizás nos brinden de nuevos enfoques, de nuevos colores, de nuevos objetivos, y aquí surge una nueva pregunta ¿Se les quita algún mérito?
Sí, sí se les quita el mérito ya que nos enfocamos en darles luz verde a empresas totalmente sólidas y que prácticamente caminan solas y realmente cuando vemos que una persona joven decide emprender su propio negocio ignoramos lo enormemente difícil que puede llegar a ser, la gran dificultad de una persona emprendedora es que lo es todo, es el diseñador, es la fabricante, el contador, la administradora, en algunos casos el repartidor, la empaquetadora y el serlo todo crea una motivación para seguir adelante y de esto nos podemos dar cuenta de una manera más que sencilla, basta con abrir nuestro Instagram y encontraremos un gran número de marcas de jóvenes que decidieron emprender un negocio y que al día de hoy se están adentrando en el mundo laboral y competitivo, chicos y chicas con talentos que pueden expandir un mercado local que no imaginábamos.
En lo personal tengo amigas y amigos que han decidido compartir un poco de lo suyo a la sociedad a lo mejor con una tienda con prendas de vestir teñidas a estilo “tie dye”, también creando logotipos y todo tipo de diseño publicitario para pequeñas marcas utilizando su conocimiento en programas de diseño vectorial, algunas otras personas decidiendo montar una tienda online de postres de combinaciones de sabores fuera de lo común, otros rediseñando prendas o artículos para darles una nueva vida a tus objetos de uso cotidiano por mi parte decidí abrir una disquera que aparte de lanzar canciones, brinda ayuda y asesoramiento a jóvenes artistas que desean adentrarse en el mundo de la música.
Empresas, sueños e ideas existen de sobra para ejemplificar lo que las juventudes anhelan ser y que han visto por tanto tiempo en revistas, periódicos, noticias virtuales. Hoy somos una generación que se le debe de dar mérito por la valentía y el coraje de no quedarse con las ganas, de emprender y adentrarnos en un mundo que es nuevo para nosotros, estamos ansiosos por ver a donde nos llevan nuestros proyectos, pero si de algo estoy seguro es que hemos salido de la cueva para crear un nuevo camino, el camino que nos llevará a un sinfín de lugares.
Hoy como sociedad tenemos la obligación de creer y apoyar a aquellos jóvenes valientes y llenos de coraje que se arriesgan a entrar en un mundo desconocido y nuevo, pero lo hacen con pasión, démosle el mérito que merecen sigamos creyendo en nuestras juventudes que no dejan de sorprender con su talento y capacidad.
Añadir Comentario