No hay escenario más difícil para trabajar que la incertidumbre. Y la incertidumbre es lo que rige en estos momentos la vida empresarial. Tres circunstancias críticas se juntan en un mismo momento histórico y hacen ensombrecer el panorama: la contracción de las economías más grandes del mundo, la baja en los precios del petróleo y por ende el fortalecimiento del dólar ante las demás monedas y, como si faltara poco, la contingencia por el COVID-19. Estos tres elementos son fundamentales para configurar el escenario que hoy vivimos, pero lo importante es qué podemos hacer al respecto.
No podemos predecir el futuro, no ante una pandemia que aún tiene mucho que enseñarnos, así que olvidémonos de predicciones. Nadie sabe realmente lo que sucederá en los próximos meses. En lo que casi todos los analistas coinciden es que habrá una disminución de la demanda en la mayor parte de productos y servicios, debemos trabajar con esa realidad.
Ante un escenario así de complejo la pura creatividad y el buen ánimo, aunque ayudan, no son suficientes. Hay que tomar decisiones y pronto. Algunas de ellas claves para el funcionamiento de las empresas.
Primero, no caigamos en pánico. Tomar decisiones influenciadas por el miedo normalmente no llevan a buen puerto. Si bien el escenario es incierto, esto será temporal, no permitamos que la ceguera del momento nos haga perder oportunidades. Reconsideremos proyectos y optemos por aquellos que traen rendimientos lo más pronto posible, necesitaremos liquidez.
Cuidemos a nuestra gente, son nuestro mejor aliado. Son las personas las que sacan adelante a las empresas, si hay que tomar una decisión drástica, tomemos la que menos afecte a nuestros colaboradores y si la empresa logra superar la crisis es la gente la que ayudará a volver al punto donde se encontraba.
Mucho ojo con las finanzas, no es momento para dar créditos de largo plazo. Recuperemos cartera y garanticemos flujo. Si hay ahorros es momento de usarlos. No dejemos de pagar a proveedores, ellos no tienen la culpa de una mala planeación. La reputación que generemos durante esta crisis puede abrir o cerrar oportunidades futuras. Planeemos mejor que nunca las compras y olvidémonos de gastos superfluos.
Las ventas bajarán, eso es un hecho en la mayoría de los sectores. Planeemos de tal manera que el mejor escenario sean ventas del 50% en los próximos 12 meses. Digitalizar el negocio en la medida de lo posible, tanto para la comunicación interna como externa. Nunca es tarde y hoy, que todo el mundo está interactuando mediante plataformas digitales, es el mejor momento, recurramos a las más acordes con el giro y tamaño de la empresa.
No caigamos en la desesperación. Hay que ser resilientes y ver el largo plazo. Saquemos lo mejor de nuestras organizaciones y solidaricémonos con proveedores, clientes, colaboradores y la comunidad en su conjunto. Una vez que esto pase nos vamos a necesitar. Todos nos estamos adaptando al cambio, unos más rápido que otros.
MBA. Alejandro A. Sánchez Díaz.
Empresario Agroindustrial. Apasionado del beisbol y del conocimiento al alcance de todos, pero más apasionado de ser padre y esposo. Me guía Dios y el sentido común, aunque reconozco que es el menos común de los sentidos.
Presidente del Centro Empresarial Coparmex Oaxaca. @CoparmexOaxPdte
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