Por generaciones se ha aprovechado la cultura y biodiversidad de nuestro estado para favorecer el sector turístico. Sin embargo, es momento de que incrementemos los campos de conocimiento hacia modelos tecnológicos que vayan de la mano con nuestra riqueza cultural.
Ya no es suficiente un solo sector económico en Oaxaca, es necesario expandir nuestros horizontes hacia la ciencia y tecnología que nos abraza día con día y es inevitable ser parte de ella. Todas las actividades en donde los Oaxaqueños se han destacado, desde un artesano tejiendo un hermoso tapete de Teotitlán del Valle, un maestro mezcalero procesando agave en Matatlán o hasta la construcción de un hotel que recibe grandes cruceros en Huatulco, todos necesitan la implementación de tecnología y mejora de procesos.La tecnología no esta peleada con las costumbres y tradiciones, es una herramienta básica para la competitividad.
En Mayo de este año, estuvimos en la feria industrial más grande de Europa – Hannover Messe- donde se reunieron las personas mas destacadas del mundo y los desarrollos tecnológicos más innovadores del momento. Estamos viviendo una era donde el desarrollo industrial es energético, pero a su vez, es sinónimo de desarrollo económico. Celebro la valentía de nuestro gobierno por romper paradigmas y asistir a este gran encuentro único en el mundo. Me queda claro que permanecer en la zona de confort resulta fácil. Sin embargo, apostar por la tecnología y los avances innovadores que se presentaron en Hannover es una decisión audaz e inteligente.
Estimado lector, los Oaxaqueños somos emprendimiento, somos valor, somos decisión. El reto no es fácil pero es necesario que tomemos los riesgos y las decisiones necesarias para empezar a cambiar nuestro estado. México se graduó como el único país industrial de América Latina en Hannover y Oaxaca tiene que aprovechar este momento. En nuestra experiencia en la feria en Hannover, tuvimos la oportunidad de constatar que cualquier ciudad de Alemania tiene la mitad de radiación solar que la que tiene cualquier municipio en el estado de Oaxaca o el interior del país. Generan gran parte de su energía per cápita con energías limpias o inclusive, generan energía con la basura que se recolecta de las casas de los ciudadanos. Es muy común ver turbinas eólicas por las autopistas o granjas solares para todos sus procesos productivos.
Hoy, gracias a la Reforma Energética y a la Comisión Reguladora de Energía y a sus comisionados, se tiene una base de procedimientos legales y administrativos que fomentan la generación de energías limpias. En el discurso suena algo muy sencillo, pero en la realidad, es una conquista gigante que nos acerca a un mundo en constante cambio. Al hacer un clic en nuestro teléfono podemos transportarnos con imágenes, video y voz a prácticamente cualquier lado del mundo. En teoría, la apertura de los mercados, la velocidad del transporte y de las telecomunicaciones debería reducir el papel que juega la ubicación geográfica. El mapa económico del mundo actual está dominado por lo que se llama “clusters”: masas críticas. Ubicadas en determinado lugar de inusual éxito competitivo en determinados campos.
Por ejemplo, el norte del país es reconocido por su industria. Al igual que Oaxaca ya es conocido, nacional e internacionalmente por el turismo, gastronomía, su arte en los textiles y su cultura en general. No obstante, si podemos transportarnos con solo tocar la pantalla de nuestro celular, quiere decir que no necesariamente tenemos que estar en la misma ubicación geográfica para realizar una actividad. Basta con desentrañar la paradoja de la ubicación geográfica, para que se revele una serie de cuestiones clave acerca de cómo las empresas crean una ventaja competitiva. En Oaxaca también se puede desarrollar tecnología porque la base es el conocimiento y los Oaxaqueños somos grandes pensadores. No es necesario estar físicamente en Alemania para hacer un coche eléctrico, en Puebla ya lo están haciendo.
Los parques eólicos en el Istmo han sido instalados mayoritariamente por especialistas extranjeros. Ellos tienen la equivocada creencia de que el Oaxaqueño no puede estar a la altura de las necesidades que la ciencia y la tecnología que estos parques necesitan. Estoy en desacuerdo. En Coahuila ya están entrenando a su gente para bucear y soldar torres marinas en las aguas profundas del Golfo de México para la extracción de energéticos. Nosotros también podemos ser ejemplo para México y para el mundo.
Aproximadamente, hacen falta 3,000 megawatts de potencial eólico por desarrollarse en la región del Istmo así como, una línea de transmisión necesaria para desahogar toda esa energía. Adicionalmente a las que se sumen de energía solar, biomasa u otros energéticos. Todo ese colosal trabajo que falta por realizarse debe de tener contenido nacional pero, sobre todo, debe de estar realizado por manos y mentes oaxaqueñas. Con la voluntad de todos los actores en el sector energético de Oaxaca, esto puede dejar de ser un sueño y puede ser realidad en el corto plazo. No es suficiente con sólo vender los terrenos de la región a empresas foráneas para el desarrollo de estos parques. Es imperante que ciudadanos oaxaqueños estén operando estos grandes proyectos para después esparcir el conocimiento en más oaxaqueños y pasemos de ser vendedores de propiedades a generadores de conocimiento. Brasil ya está exigiendo contenido nacional a las empresas desarrolladoras de proyectos sustentables ¿Por qué no hacer lo mismo en nuestro país o en nuestro estado?
El cluster de energía Oaxaca quiere ser considerado el lugar para profesionalizar y entrenar a los Oaxaqueños en los campos de la energía, sea la eólica, la solar, los hidrocarburos, la electricidad, entre otros. Tiene la misión de generar espacios para intercambiar conocimiento para las nuevas generaciones en el sector energético y buscar la vinculación con los sectores empresariales, académicos y gubernamentales para promover el desarrollo económico y la prosperidad.
Buscaremos el reconocimiento a nivel regional, nacional e internacional y ser parte de esta nueva era de la industria energética en el sureste del país. Nuestra cultura necesita innovación para seguir siendo ejemplo en el mundo y las tradiciones necesitan tecnologías. Oaxaca puede ser ejemplo para el mundo de cómo estos dos conceptos pueden ir perfectamente de la mano. Es hora de que el país nos vincule con nuevos conceptos.
Sin Energía no hay Economía.
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